martes, 24 de enero de 2012

Su música es la que querría oír Dios


Si bajas andando, no en coche, por las sucesivas curvas de la Cuesta de la Vega podrás ver dos zonas ajardinadas que suelen pasar desapercibidas. En una de ellas se encuentra un monumento a Azorín, en la otra un monumento a Boccherini, y es en este último en el que nos paramos hoy.

Luigi Bocherini, músico y compositor, nació en Lucca (Italia) en 1743 y comenzó su relación con la música gracias a su padre, contrabajista, con el que aprendió solfeo y el manejo del violonchelo. Su relación con Madrid comienza en París, en 1768, tras conocer al embajador español Joaquín Anastasio Pignatelli, que le convence para trasladarse a Madrid bajo la protección del infante D. Luís Antonio de Borbón, hermano pequeño de Carlos III. A la muerte de don Luis en 1785, Carlos III le concede una plaza de violonchelista en la Capilla Real de Madrid. Otras fuentes nos dan una versión más romántica de su llegada a Madrid ya que cuentan que vino siguiendo a la cantante italiana Clementina Pelliccia, que actuaba en el Real Sitio de Aranjuez en una compañía de ópera, con la que finalmente se casó.


Vivió en distintos sitios en Madrid: en la Plazuela de San Ginés, en la calle de la Madera Alta, en la calle del Prado y finalmente la calle de Jesús y María número 5, donde muere el 28 de mayo de 1805. Fue enterrado en Madrid en la Iglesia de San Justo de la calle del Sacramento, hoy basílica pontificia de San Miguel. En 1927, Mussolini se llevó sus restos a Lucca para enterrarle en la iglesia de San Francisco, en el panteón de los hijos ilustres de esa ciudad toscana.


En 1966, Lucca ofrendó un busto del compositor a Madrid y se colocó en una glorieta de la Cuesta de la Vega, que desde entonces pasó a llamarse “Glorieta de Boccherini”. La inauguración fue el 12 de mayo de 1966 con asistencia del primer teniente de Alcalde y el Alcalde de Lucca, Sr. Ragghiante. Las 65463 ptas que costó el pedestal fueron aportadas por el Ayuntamiento y se completó el recinto con la instalación de una lápida en el muro de cerramiento, realizada en caliza, y de una fuente, hoy utlizada como lugar donde dormir por un indigente, en la que puede leerse la siguiente frase firmada por el violinista y compositor francés Jean Baptiste Cartier: “"Si Dios quisiera hablar a los hombres se serviría de la música de Haydn, pero si quisiera oir música, elegiría sin duda la de Boccherini"


2 comentarios:

  1. No conocía a este personaje!!Bien está saberlo...Bsos

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    1. La frase del final de Cartier indica que merece la pena conocerlo.

      Besos

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